Domingo 8 de diciembre: “Una idea clave de Romanos: Jesucristo, Nuestro Señor”.

La identificación de Jesucristo como “Nuestro Señor” aparece desde el comienzo de esta epístola en Romanos 1.1-4 donde vemos que Jesús, Nuestro Señor, no solo vino “en la carne” sino también fue declarado Hijo de Dios por medio de su resurrección. El Cristiano invoca a Jesús como “Señor” resucitado que murió por él. Esta invocación comienza al arrepentirse y bautizarse en su nombre, iniciando una relación en la cual aprendemos a caminar bajo su señorío; comparar Romanos 10.6-13 con Joel 2.27-32, Hechos 2.17-21, 2.37-39, Filipenses 2.5-11. ֵEstas citas también muestran que el nombre del Señor aplicado a Dios Padre en el Antiguo Testamento en el Nuevo se aplica a Jesús. El Nuevo Testamento revela tanto a Dios Padre como al Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.

Otras referencias a Jesús, como Nuestro Señor se encuentran en Romanos 4.23-24, 5.21 (en el contexto de la reconciliación que Él trae, capítulo 5), 6.23 (la vida eterna es en unión con Él, en el contexto del capítulo 6), Romanos 7.25 (Él libera del poder del mal en el contexto del capítulo 7), Romanos 8.39 (en el contexto de la obra de su Espíritu en el capítulo 8).

Por medio de la fe somos “justificiados” con Dios, cuando se subsana la relación con Él. En esta relación con Nuestro Señor, somos “reconciliados” (ya no enemigos) (Romanos 4.23-24 y capítulo 5), nos convertimos en sus “siervos” (Romanos 6); es una relación tan estrecha como un matrimonio (Romanos 7), y somos hijos de Dios al tener al Espíritu del Hijo en nuestro corazón (Romanos 8), y por lo tanto hermanos de Jesús (8.28). También en esta relación, el Espíritu del Hijo conoce la voluntad de Dios e intercede en oración en medio de nuestras pruebas así como el Hijo intercede por nosotros ahora a la diestra del Padre (8.26, 8.34). La relación con el Señor Jesús es evidencia del amor indisoluble de Dios (8.39).

Para la reflexión.

Romanos describe de distintas maneras la relación de los cristianos con Nuestro Señor Jesucristo: siervos,  matrimonio, hijos de Dios, hermanos de Jesús (Romanos 8.29).

  • ¿Cuál faceta de la relación con el Señor te llega más y por qué?
  • ¿Cuál te gustaría profundizar más?

Llevemos nuestra relación con el Señor Jesús en oración.