Vivimos en el mundo pero veámoslo con los ojos de Dios. En la vida cristiana aunque vivimos en el mundo, necesitamos pedirle a Dios que nos mantenga los ojos abiertos para ver al mundo por lo que es. Solamente así podemos transmitirle el evangelio a sus habitantes, advirtiéndoles que están bajo juicio. Si no vemos al mundo claramente, podemos caer en el orgullo, el cual nos aleja del Padre.
Algunos párrafos bíblicos citados. 2 Reyes 6.16-22, 1 Juan 2.15-17, Apocalipsis 17.3, 21.10, 1 Juan 5.19, Mateo 11.18-19, Colosenses 2.20-23, Filipenses 2.14-15, 1 Reyes 18.21.
Preguntas de reflexión.
Preguntas de Contenido (C), Interpretación (I), Aplicación (A)
- Leer 1 Juan 2.16:
¨Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre sino del mundo¨.
- ¿Cuáles son tres cosas que son del mundo y no provienen del Padre? (C)
- La prédica advirtió sobre todo acerca del último de estos tres: la “arrogancia de la vida” (el orgullo). ¿Por qué necesitamos tener los ojos abiertos para reconocer el orgullo? (I)
- ¿Qué podría ser un ejemplo de orgullo que te aleja del Padre? (A) (Llevemos nuestra necesidades espirituales en oración).
- Según Filipenses 2.14-16, ¿cómo debemos ser en el mundo? (C)
- ¿Cómo podés ser “estrellas” en el mundo (como dice Filipenses 2.15? (A)
- ¿Cómo te ayuda Dios a ver al mundo por lo que es? (A)
- ¿Qué más aprendiste del sermón, o, en que te motiva a orar? (A)
Posible pregunta rompehielos.
Si pudieras hacer una sola cosa para mejorar al mundo, ¿qué sería?
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