Mateo 22.1-14, 2 Corintios 5.14, Lucas 14.23

Un concepto clave en el sermón era que nadie puede entrar en el reino de Dios sin una invitación (Mateo 22.9). Tampoco podemos entrar a menos que aceptemos la invitación, poniéndonos la ropa adecuada (Mateo 22.11-12) Nos ponemos la “ropa” para el banquete en el reino de Dios cuando nos revestimos de Cristo (Gálatas 3.26-27). No podemos obligar a nadie a seguir a Cristo, pero sí “obligamos” (Lucas 14.23) por medio de la presentación del amor de Dios. El amor de Cristo nos “obliga” (2 Corintios 5.14); ese mismo amor insta a los demás a seguir a Jesús.

“El amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto. Y él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para si mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”.

Pregunta rompehielo.

¿Cómo te sentís cuando te das cuenta que no tenés la ropa adecuada para una ocasión espedial?

Preguntas de contenido

¿Cómo nos enteramos del banquete del rey?

¿Cómo tenemos que vestirnos para participar del banquete? (Gálatas 3.26-27, Colosenses 2.12, 3.9-10, 3.14).

Pregunta de aplicación

¿Cómo estás llevando a la práctica 2 Corintios 5.14?

Si el amor de Cristo de obliga, ¿qué hacés para transmitir este amor a los demás?

Llevemos nuestra meditación en oración